lunes, 30 de abril de 2012

Balthus


Las obras de Balthus o Balthasar Kłossowski de Rola (París, 1908-2001) me horrorizan. Sus casi-mujeres provocando al personal me repugnan. Considero que el arte es aquello que tiene el poder de no dejar indiferente al receptor, de despertar los sentimientos más extremos, sean éstos placenteros o amargos. Me desagradan Balthus, Bacon, Freud, Picasso y las acelgas hervidas. Me gustan Hopper, Cézanne,  Sorolla y el filete de ternera. Lo abstracto me deja indiferente. Tenía su gracia cuando a Kandinsky se le ocurrió como respuesta al desencanto ante unos años difíciles, pero no como único recurso expresivo de los que se atreven a destruir el blanco de una tela para empeorar la situación. Me estoy perdiendo. Lo dejo ahí, convencida de que a nadie le importan mis reflexiones. Al fin y al cabo, son ad usum proprium.